Los márgenes de error del sistema GPS a la hora de situar la posición de obstáculos, y la dificultad y altos costes que pueden conllevar la creación de rutas para sillas de ruedas (clasificando incluso las rutas en función del grado de discapacidad del usuario, o de aspectos tales como si el usuario va acompañado), habrán hecho desistir seguramente a muchas compañías.
Mientras tanto los usuarios de sillas de ruedas han de viajar “a la aventura”, especialmente cuando se desplazan por sitios por los que nunca se han movido con su silla, y guiando en todo momento los mandos de la misma, a veces en posturas poco ergonómicas.
La solución vendría dada por la creación de un nuevo modo “silla de ruedas” para esos navegadores, donde las rutas puedan ser aportadas por los propios usuarios del sistema, a la manera en que se construye la Web 2.0, o por negocios, instituciones o asociaciones interesados.
Solo su uso como “lazarillo” (donde el navegador se limitaría a dar instrucciones de guiado, giro a giro) incrementaría enormemente la confianza de estas personas cuando han de moverse por zonas desconocidas, y por tanto su nivel de autonomía. Pero, además, estas indicaciones permitirían, integrando los navegadores de forma modular en la arquitectura de las sillas, crear un “piloto automático” que guiara de forma autónoma la silla mientras el usuario no tome los mandos porque se encuentre un obstáculo, temporal o estable. En este último caso, el sistema permitiría reportar esa información a la ruta, para que sea útil a los próximos usuarios que pasen por ella.
La exactitud en la localización de elementos proporcionada por Galileo, junto con la aplicación de gestión colaborativa para la obtención de rutas libres de obstáculos cuando se navegue con silla de ruedas, son los principales elementos innovadores que harán viable y útil al sistema.
Esa misma exactitud es indispensable para permitir el guiado automático de la silla a partir de las indicaciones del navegador. Se necesitan en cualquier caso de otro tipo de sensores para detectar situaciones no contempladas en el mapa, tales como viandantes, vehículos, etc., que permitan reaccionar ante ese tipo de eventos no previstos. Además, el guiado automático es desactivado en cuanto el usuario actúa sobre los mandos, para pasar a modo manual al encontrarse con obstáculos o zonas de dificultad.
El sistema, en su evolución, permitirá la inclusión de muchas otras funciones innovadoras, como la modificación de rutas directamente desde el punto en que se perciba un obstáculo o aumento de complejidad en la misma. O la solicitud de asistencia, porque el usuario se queda aislado o tiene problemas de mantenimiento en la silla (estaríamos hablando de una especie de “asistencia en carretera” aplicada a las sillas de ruedas).
El uso de NavChair proporcionará a las personas que han de desplazarse en sillas de ruedas una enorme movilidad y autonomía en sus vidas, contribuyendo a su inclusión.
Se mejorará así, por ejemplo, su inclusión laboral, facilitando los desplazamientos al trabajo mediante rutas que pueden ser ampliadas con la unión a sistemas de transporte público adaptado, que ya usan y que las instituciones públicas quieren potenciar (European Disability Forum),dando acceso a nuevas rutas enlazadas.
En este sentido, será también destacable la inclusión de este colectivo en cuanto a la capacidad de viajar de una forma autónoma. Dispondrían de rutas en otras ciudades con las que confiarían poder desplazarse, animándose a viajar a éstas.
Y en ese aspecto, las empresas pueden empezar a ver el beneficio cuando las personas con alguna discapacidad consulten la viabilidad de los sitios antes de viajar a los mismos, decantándose por aquellas rutas y servicios (hoteles, restaurantes, museos,…) que informen sobre su accesibilidad.
El sistema ha de constar de una web de soporte para la colaboración entre usuarios a la hora de crear y compartir rutas. Las rutas podrán haber sido grabadas previamente y subidas a la Web, o creadas directamente en la misma, introduciendo puntos de interés, clasificación de tramos, etc. De esta manera podrán crearlas también instituciones, empresas o asociaciones, además de los propios usuarios.
Se tendrá un sistema que permita el almacenamiento y consulta de estas rutas. Y para potenciar la calidad de las mismas, y evitar los abusos, podrá estar dotado de un sistema de reputación de usuarios, que permita puntuar las rutas y a los usuarios creadores en función de la valoración aportada por el resto de usuarios (y con ello de nuevo a las rutas que aporten), y un sistema recomendador, que ofrezca rutas en función de la tipología de las que el usuario haya utilizado anteriormente (cercanía, rutas culturales, …), lo que asegurará que se ajustan a las capacidades del usuario en cuestión.
Será también necesario el navegador en sí, con seguimiento y grabación de rutas y posibilidad de reportar información al sistema de almacenaje. Este navegador podría gobernar un sistema de piloto automático, integrado de forma modular en las sillas.
Es importante que el sistema permita diversificar los interfaces del dispositivo de navegación, en función de la discapacidad del usuario. Se resolvería, dentro del diseño modular, haciendo que el interfaz de usuario del navegador sea intercambiable (en el sistema web se usarían las herramientas de accesibilidad de los sistemas operativos, aunque deberá tenerse en cuenta en el diseño de las páginas y en las pruebas de las mismas).
Aunque el sistema de navegación en interiores queda fuera del alcance inicial, sería también fácil de integrar en un futuro, añadiendo otras tecnologías de localización a los navegadores, como triangulación por WiFi o UWB (Ultra Wide Band), por ejemplo.
Sin embargo, el sistema puede ser interesante también para aquellas empresas u organizaciones que quieran prestar sus servicios a este segmento de la población. Ciudades (Accesible Rome), hoteles (Información de accesibilidad en hotel), restaurantes, museos, centros culturales (Alhambra route adapted for disabled people)... pueden estar enormemente interesados en aparecer como posibles puntos de interés accesibles para atraer a estas personas a sus respectivos negocios y ofertarles unos servicios pensados y adaptados a un segmento de la población en el que pocas veces se piensa .
Los propios organismos públicos, en su compromiso por la accesibilidad “mobility enabling”, son los primeros interesados en mejorar a través de esa movilidad la calidad de vida del colectivo de personas con discapacidad (proyecto e-Adept, por ejemplo). La Comisión Europea de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de oportunidades ha creado también los premios Awards for Accessible Cities, para promover la accesibilidad de personas con discapacidades en cuatro áreas: la contrucción del entorno y espacios públicos, transporte e infraestructuras relacionadas, información y comunicación, incluyendo Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y servicios e instalaciones públicas.
Todos esos objetivos se verían beneficiados con la puesta en marcha de esta idea, por lo que serían todos a buen seguro usuarios potenciales del sistema final.